Si te estás preguntando cómo emprender un negocio, siempre es buena idea tener a mano una guía que te pueda ayudar en aquellos momentos en los que no sabes muy bien cómo iniciarlo y que Instituto Emprende pone a tu disposición en su web, totalmente gratis.
Aunque poner en marcha un proyecto puede parecer algo muy complicado, lo cierto es que una vez que te pones manos a la obra compruebas que no es tan difícil como te parecía en un primer momento. Veamos algunos consejos básicos que no deberías saltarte.
- 1. No te muevas solo por dinero
- 2. Valora tu trabajo, no lo regales
- 3. No te rindas, persigue tu meta
- 4. Anticípate a lo que está por llegar
- 5. Separa tus finanzas de las de tu negocio
- 6. Sé honesto
- 7. Conviértete en un líder
- 8. Escucha a tus clientes
- 9. Delega pero mantente al frente del negocio
- 10. Aprende de los errores
No te muevas solo por dinero
Dentro del mundo empresarial el término salario emocional cada vez se utiliza más. Es un concepto que hace referencia al hecho de que los empleados no se mueven únicamente por dinero. Una empresa podría ofrecer un sueldo muy elevado a un directivo y aún así no conseguiría que esa persona se quedara en la plantilla, porque quizá le interesen más otras cosas que le ofrezca la competencia, como un mejor horario, disfrutar del día libre en la fecha de cumpleaños de su hijo o una formación que le ayude a desarrollar nuevas competencias.
En el caso de los emprendedores también debemos mirar más allá del dinero. Está claro que si pones en marcha un negocio es para ganar dinero y poder vivir de él, pero no te centres solo en eso. Busca una actividad que realmente te llene y con la que sientas que estás aportando algo verdaderamente útil a los demás.
De esta forma, ganar dinero deja de ser tu único objetivo y te puedes centrar en otras cosas importantes como la posibilidad de innovar dentro de tu sector o de llevar tu producto o servicio a personas con menos recursos. Se trata de que busques tu propio salario emocional.
Valora tu trabajo, no lo regales
Solo tú sabes el verdadero esfuerzo y dedicación que hay detrás cada uno de los productos que elaboras o de los servicios que prestas, así que ponlo en valor.
Es más que probable que a lo largo de tu carrera te encuentres con posibles clientes que quieran asegurarse de que eres el profesional que buscan y te pidan que les brindes un trabajo gratis. Esto ocurre muy especialmente en el ámbito digital. No es raro que a un redactor se le pida un artículo gratis o a un diseñador se le solicite el diseño básico de un logo para ver cómo trabaja.
Puedes tener muchos años de experiencia o acabar de llegar al mercado laboral, pero seguro que ya has realizado algunos trabajos que puedes usar para crear tu propio portafolio. Así, si alguien te pide una muestra de tu trabajo le puedes enseñar lo que has hecho para otros clientes. Bajo ningún concepto te resignes a trabajar gratis.
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No te rindas, persigue tu meta
Emprender no es nada sencillo, te vas a encontrar muchos obstáculos por el camino que harán que en algunos momentos te falten las fuerzas y te desanimes. Esto es totalmente normal y todos los emprendedores han pasado por ello, pero no hay que rendirse.
Si algo bueno tiene el trabajar por tu cuenta es que vas a desarrollar mucha resiliencia, la capacidad de sobreponerte a las cosas negativas que te puedan pasar. ¿No encuentras financiación en tu banco? Acude a otro. ¿Tu socio te ha dejado colgado? Tira de contactos y busca alguien que quiera colaborar contigo.
La mayoría de los problemas que te vas a encontrar en tu camino como emprendedor tienen solución, así que piensa en cuál es tu meta y esfuérzate para superar todos los obstáculos.
Anticípate a lo que está por llegar
No importa en qué sector estés trabajando, con el tiempo va a haber cambios en el mismo. Puede tratarse de nuevas tendencias en los consumidores, aparición de nuevas herramientas que pueden facilitar tu trabajo, etc.
Para el emprendedor uno de los principales errores que puede cometer es quedarse rezagado. Hay que pensar siempre en el futuro y en qué vas a hacer para que tu negocio evolucione y siga creciendo. No es sencillo, pero si te mantienes al día con tu formación, acudes a ferias y eventos relacionados con tu sector y prestas atención a lo que ocurre dentro de tu área profesional, podrás anticiparte a todo lo que esté por llegar o, al menos, te podrás adaptar lo antes posible.
Separa tus finanzas de las de tu negocio
Es posible que dentro de un tiempo necesites trasladar tus instalaciones a un local más grande, que un cliente esté tardando en pagarte y debas adelantar el IVA de su factura, o que te haga falta comprar nuevas herramientas para tu negocio. En cualquiera de estos casos será necesario tener liquidez.
Pero si has cometido el fatal error de no separar tus finanzas personales de las de tu negocio es posible que cuando llegue ese momento no tengas el dinero que te hace falta. Empieza entonces una carrera a la desesperada por intentar conseguir financiación externa.
Para que esto no te suceda no te gastes todo lo que tu negocio genere. Ponte un sueldo, el que tú consideres justo, y guarda siempre algo de dinero para reinvertirlo en tu empresa. Así, si llegan tiempos de necesidad económica tendrás un pequeño colchón que te permitirá mantener tu negocio funcionando.
Sé honesto
El mundo de los negocios puede ser duro y despiadado, pero eso no justifica que tú actúes en contra de tus convicciones éticas. Si no sueles mentir en tu vida diaria tampoco deberías hacerlo al trabajar.
No exageres tus perspectivas de beneficios para encontrar un buen socio, ni sobreestimes la calidad de tus productos o servicios. Si no estás siendo del todo honesto puede que ahora consigas lo que buscas, pero tarde o temprano los demás se acabarán dando cuenta y sufrirás las consecuencias.
Conviértete en un líder
Hay quien decide emprender solo y quién lo hace con la ayuda de un equipo. Si este último es tu caso, valora lo que tienes y conviértete en el líder que tus empleados necesitan.
Lo de ser el jefe ya está pasado de moda. Tus empleados no deben limitarse a seguir tus órdenes, aunque estén en desacuerdo con ellas, deben querer seguirlas. Un buen líder no da órdenes, sino que se convierte en un modelo a seguir para sus subordinados.
Si eres capaz de desarrollar un buen liderazgo el trabajo en equipo en tu empresa será mucho más fluido. Tus colaboradores estarán más contentos y motivados, lo que dará lugar a un incremento de la productividad. Con un buen líder todo son ventajas.
Escucha a tus clientes
La clave para vender más la puedes encontrar en el mercado. Si prestas la debida atención a tus clientes, son ellos los que de forma directa o indirecta te van a decir qué es lo que necesitan, y esto te permitirá ofrecerles justo aquello que están buscando.
Hoy por hoy lo tienes mucho más fácil para estar atento a lo que quieren tus clientes. Si creas unos perfiles de redes sociales no tardarás en recibir comentarios tanto positivos como negativos. Presta mucha atención a ambos, puesto que en ellos está la clave de lo que necesita tu público.
A veces es necesario hacer grandes cambios para poder darles lo que quieren, pero puede ocurrir que un pequeño ajuste sea más que suficiente para fidelizar a tu clientela y evitar que se marche con la competencia.
Delega pero mantente al frente del negocio
El nivel de estrés entre los emprendedores suele ser bastante alto. Esto se debe a que a lo largo de la jornada laboral tienen que atender a muchas cuestiones diferentes: hacer labor comercial, seguir investigando para desarrollar nuevos productos o servicios, negociar con proveedores, gestionar las redes sociales, etc.
Asumir una gran cantidad de trabajo no solo afecta al estado anímico y físico, sino que también da lugar a que en realidad no prestes la atención que deberías a cada una de esas tareas que asumes. Por suerte, esto tiene fácil solución: delega.
Pero cuidado, delegar no es nada fácil. En primer lugar tienes que estar convencido de hacerlo, de nada va a servir que encargues una tarea a un empleado si le vas a estar supervisando continuamente y no le vas a dejar hacer su trabajo.
Por otro lado, es importante que encuentres la persona idónea para hacer esa tarea. Que sea un empleado en el que puedas confiar y que esté bien capacitado para asumir esa obligación que vas a hacer recaer sobre él.
Y, por último, no te excedas al delegar. Está bien repartir las tareas y trabajar en equipo, pero habrá responsabilidades que seguirán siendo siempre tuyas. Es tu obligación estar siempre al tanto de lo que ocurre en tu negocio.
Aprende de los errores
Todo emprendedor comienza su andadura emocionado por hacer realidad su sueño, pero por el camino se va dando cuenta de que no es tan sencillo. Hay que negociar con proveedores que no siempre te ponen las cosas fáciles, afrontar toda la burocracia relativa a la creación de una empresa, encontrar las instalaciones perfectas para el negocio y mil cosas más.
Es todo tan complejo que no es nada extraño que se cometan errores, pero esto no es malo. Una equivocación (o varias) no deben hacer que te des por vencido. Asume el error y aprende de él para no volver a cometerlo. Verás como poco a poco las cosas empiezan a salir bien.
Emprender es para valientes, pero no debes afrontar esta experiencia con miedo. Sigue estos consejos y estarás un poco más cerca de conseguir tus metas. ¡Buena suerte!