Para un autónomo estar al día en cuanto a conocimientos relacionados con su actividad y con la gestión de su negocio es esencial, por eso la formación es tan importante. Sin embargo, sus derechos en relación con esta cuestión son algo diferentes a los del trabajador asalariado.
Los autónomos cotizan por formación profesional
Desde el 1 de enero de 2019 todos los autónomos están obligados a cotizar por formación profesional un 0,1%.
Aunque muchos vieron esta medida como la puerta de entrada de los profesionales por cuenta propia a la formación bonificada, lo cierto es que de momento esto no ha sido así. Se produce con ello una situación paradójica en la que el autónomo cotiza por algo a lo que realmente no tiene derecho.
La razón por la que no es posible el acceso de los trabajadores por cuenta propia a la formación bonificada es porque no existe una norma que regule esta cuestión. Aunque se esperaba que a lo largo de 2019 esta situación fuera solventada, todavía no ha sido así.
La formación, una asignatura pendiente
Las asociaciones de autónomos llevan años reclamando el derecho a una formación de calidad y gratuita como la mejor forma de que los profesionales se mantengan actualizados en sus conocimientos y puedan mejorar su competitividad. Pero por el momento estas aspiraciones no se han visto satisfechas.
Formación bonificada para los empleados del autónomo
Aunque el autónomo no puede beneficiarse de la formación bonificada, sí puede ofrecérsela a sus empleados que coticen a través del Régimen General de la Seguridad Social.
A través de esta formación el autónomo que tiene empleados puede conseguir que su plantilla esté mejor cualificada y sea más eficiente, haciendo un trabajo de mayor calidad y obteniendo con ello más ventaja competitiva.
Los créditos de que dispone para formar a sus empleados dependen de las cotizaciones por formación del año anterior y del número de trabajadores que tenga contratados. No obstante, existe un crédito mínimo garantizado de 420 euros al año.
Eso sí, para que los empleados de un autónomo puedan disfrutar de la formación bonificada es esencial que el contratante esté al corriente de sus pagos tanto con Hacienda como con la Seguridad Social.
El autónomo como profesor de formación bonificada
El autónomo no puede disfrutar de formación bonificada para sí mismo, pero puede ofrecérsela a sus empleados e incluso impartir clases de cursos bonificados en diferentes empresas. Pero esto no es tan sencillo, el profesional debe cumplir los siguientes requisitos:
Tener el certificado digital de autónomo.
Darse de alta en el sistema de FUNDAE.
Inscribirse en el Registro Oficial de Entidades de Formación.
Además, después tendrá que llevar a cabo una importante labor de marketing para que las empresas conozcan el servicio de formación ofertado y decidan contratarlo.
Poco a poco la figura del autónomo ha ido ganando peso dentro de la formación bonificada, pero todavía queda una importante meta por alcanzar: que el profesional por cuenta propia no solo cotice por formación sino que además pueda acceder a la misma en condiciones de igualdad con los trabajadores asalariados.