Los autónomos pueden deducirse muchos de los gastos asociados directamente a su actividad, pero hay algunos que siempre generan dudas, como ocurre con el precio del combustible.
Aunque muchos profesionales por cuenta propia tienen que usar su vehículo a diario para desplazarse hasta su lugar de trabajo, lo cierto es que no todos ellos se pueden desgravar lo que pagan de gasolina o diésel. Veamos en qué casos es posible la desgravación.
Exceso de celo por parte de la Agencia Tributaria
A la hora de aplicar deducciones por lo pagado por el combustible hay que ir con especial cuidado porque es algo que Hacienda revisa con lupa.
Para que la reducción se pueda aplicar es imprescindible estar en condiciones de demostrar que el gasto en combustible está directamente ligado con la actividad profesional ejercida y, además, poder justificar esos gastos desgravables con su correspondiente factura.
El uso del vehículo es la clave
Si hay tantos problemas a la hora de admitir la deducción del IVA del combustible del vehículo de autónomo es porque, con frecuencia, el coche que se utiliza para trabajar es el mismo que el profesional utiliza en su vida privada.
Por ejemplo, el coche del autónomo es su medio de transporte para ir a visitar a sus clientes y prestar su servicio, pero también puede ser el coche en el que lleva a sus hijos al colegio o va a hacer la compra.
De ahí que la verdadera clave para determinar si el autónomo puede deducirse o no el coste del combustible sea el uso que hace del vehículo, porque solo los litros efectivamente consumidos durante la actividad laboral son desgravables.
Además, es necesario que tanto el vehículo utilizado como las facturas del combustible vayan a nombre del autónomo. Si ha usado el coche más para uso profesional que particular, se admitirá la desgravación del 50% del IVA del combustible.
Lo que hacen algunos autónomos para evitarse problemas es llevar un registro de cuándo utilizan el coche con finalidad profesional, haciendo una foto del cuentakilómetros tanto al principio como al final de la jornada.
Otro aspecto a tener en cuenta es que el gasto realizado en combustible debe quedar registrado en la contabilidad de la empresa.
Ante una posible inspección, sería interesante guardar todos aquellos documentos que puedan acreditar los desplazamientos del autónomo. Por ejemplo, los presupuestos que haya entregado (aunque no hayan dado lugar a la contratación de sus servicios o la compra de sus productos), emails confirmando reuniones, un listado que determine en qué localidades están los clientes, etc.
Desgravación del 100%
De forma excepcional nuestra legislación permite una deducción del 100% del combustible del vehículo utilizado durante la actividad laboral, pero esto solo se produce en casos muy contados:
- Vehículos mixtos utilizados para el transporte de mercancías.
- Vehículos utilizados para la prestación del servicio de transporte de pasajeros o enseñanza de conducción.
- Vehículos de pruebas utilizados por los fabricantes.
- Vehículos de los comerciales y representantes profesionales para sus desplazamientos laborales.
- Vehículos utilizados en servicios de vigilancia.
La deducción del IRPF
Hasta ahora hemos visto prescripciones relativas a la deducción del importe del IVA del combustible, pero también hay que hacer referencia a la posibilidad de deducir el gasto en gasolina o diésel de la declaración de IRPF.
Esto solo es posible en aquellos casos en los que también se permite una deducción del 100% del IVA del combustible, que son los que acabamos de ver con anterioridad. Así, pueden deducirse el 100% del gasto realizado en gasolina para desarrollar su actividad los taxistas o los comerciales, entre otros.
Fuera de estos supuestos que acabamos de ver, la deducción del precio del combustible o de su IVA puede considerarse un fraude que es duramente sancionado.