Contabilidad
Además de ser una obligación legal para el empresario, la contabilidad permite conocer la situación de la empresa en profundidad. Supone el registro ordenado de cada una de las operaciones realizadas en la misma (ventas, cobros, préstamos, pago a proveedores, nóminas…) para poder obtener el balance a final de año o conocer la situación de la empresa en un momento concreto y calcular la cuenta de resultados (la diferencia entre lo que se gasta y lo que se ingresa).
Análisis económico-financiero
Permite saber cómo de rentable es la empresa. El análisis económico indica si el negocio es bueno: cuánto se ha ganado después de la inversión, cuál es el volumen de ingresos, o si existe algún problema y cuáles son. El análisis financiero valora la financiación de la empresa, así como su liquidez, solvencia, endeudamiento y su activo.
Tesorería
Indica cuánto dinero se tiene y cuánto se va a tener (liquidez), es decir, la capacidad de hacer frente a las deudas a corto plazo. La gestión de tesorería es fundamental en las Pymes para resolver los problemas de liquidez. El cálculo anticipado de lo que se va a gastar y a ingresar permite prever los problemas, encontrar financiación y reducir costes.
Inversiones y financiación
Si la gestión de la tesorería indica superávit, es decir, más liquidez de la necesaria, se puede plantear hacer una inversión. Para ello es necesario saber si el proyecto es viable, qué beneficio aporta a la empresa, cuánto tiempo se tarda en recuperar lo invertido, qué rentabilidad produce y, sobre todo, qué riesgo se corre realizando la inversión.
La financiación para inversiones o para problemas de liquidez (déficit), se puede obtener de bancos, cajas de ahorros, cooperativas, empresas que financian a pequeños emprendedores, empresas que no ofrecen fondos pero si avales, y particulares.
El ahorro es una fuente importante de financiación. Para ayudar a ahorrar a las empresas existen fórmulas como el leasing, el renting, el factoring y el confirming.
Proveedores
Los proveedores son las compras que la empresa realiza (precio, condiciones, cantidad…). Es muy importante elegir bien a los proveedores porque representan la calidad de los productos o servicios que la empresa ofrece y por lo tanto la imagen que da. Los proveedores han de ser fiables en plazo, forma y calidad del producto o servicio.