El descuento comercial es una operación financiera a través de la cual las entidades de crédito anticipan a las empresas el importe de sus créditos comerciales documentados en efectos comerciales (letras, pagarés, recibos bancarios) antes del vencimiento, con el objetivo fundamental de obtener liquidez.
La operación de descuento implica el cobro por anticipado de los intereses y comisiones que correspondan en función del plazo que reste para su vencimiento. La entidad financiera abona a la empresa la diferencia entre el nominal del efecto y los intereses y comisiones que percibe la entidad de crédito que facilita la financiación.
Esta modalidad de crédito ha sido durante muchos años la forma tradicional de financiar el ciclo productivo por parte de las pequeñas y medianas empresas. Es la forma de financiación a corto plazo más conocida y habitualmente utilizada.
Son documentos susceptibles de descuento:
La letra de cambio. Mandato de pago por el que la persona que emite el documento, librador, ordena al obligado al pago, librado, el pago de una cantidad de dinero en una fecha determinada, vencimiento, a favor de un tercero, tomador o beneficiario, cuyo nombre ha de figurar en la letra. Es negociable y se puede endosar. En ocasiones coinciden librador y librado, o librador y beneficiario.
El pagaré. Es una promesa de pago de una cantidad determinada a un tercero en una fecha, vencimiento, y un lugar determinado.
El recibo. Para que un recibo sea susceptible de ser descontado ha de estar normalizado y su formato ha de ser el establecido por el Consejo Superior Bancario. Se admiten recibos en soporte magnético.
Las principales ventajas del descuento comercial son que proporciona liquidez inmediata a corto plazo y consume pocas garantías.
Los inconvenientes del descuento comercial son que es un instrumento financiero caro y exige un gran control administrativo.