La planificación financiera intenta planear y establecer las bases de las actividades financieras con el fin de minimizar el riesgo y aprovechar mejor los recursos y las oportunidades.
La planificación financiera es una técnica que congrega un cúmulo de métodos, herramientas y objetivos con el objetivo de instituir en la empresa pronósticos y metas económicas y financieras, teniendo en cuenta los medios que se tienen y los que se necesitan para conseguirlo.
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De la misma manera se puede decir que la planificación financiera es un procedimiento en tres etapas para decidir qué acciones se deben realizar para lograr los objetivos trazados: proyectar lo que se quiere hacer, realizar lo planeado y verificar la eficiencia de cómo se hizo. La planificación financiera a través de un presupuesto dará a la empresa una coordinación general de funcionamiento.
Los tres elementos clave en el proceso de planificación financiera son:
La planificación del efectivo, que se asienta en la elaboración de presupuestos de caja. Sin un nivel adecuado de efectivo, la empresa está expuesta al fracaso.
La planificación de utilidades, se obtiene por medio de los estados financieros proforma, los cuales exponen niveles anticipados de ingresos, activos, pasivos y capital social.
Los presupuestos de caja y los estados proforma son útiles no sólo para la planificación financiera interna; forman parte de la información que exigen los prestamistas tanto presentes como futuros.
Objetivo de la planificación financiera
Disminuir el riesgo y aprovechar las oportunidades y los recursos financieros. Decidir preventivamente las necesidades de dinero y su correcta aplicación, examinando su mejor rendimiento y su máxima seguridad financiera.
El sistema presupuestario es el arma más significativa con la que cuenta la administración moderna para alcanzar sus objetivos.
Partes del proceso de la planificación financiera
- Fijar los objetivos: Establecer en la empresa pronósticos sobre las metas económicas y financieras que se desean alcanzar. Especificar metas objetivas, es decir, realizables.
- Seleccionar los medios - Elegir políticas, programas, tácticas y modos con los que se alcanzarán los objetivos. Para llevar a cabo lo planeado se requiere organización, ejecución y dirección.
- Establecer los recursos: Estipular tipos y cuantía de los recursos que se necesitan, precisar cómo se habrán de adquirir o generar y cómo se habrán de asignar a las actividades.
- Análisis de la realización: Elaboración de los presupuestos de operación, de inversiones permanentes y financiero. Trazar los procedimientos para toma de decisiones, así como la manera de organizarlos para que el plan pueda realizarse.
- Control de los resultados: Para llevar un buen control se requiere evaluar los resultados comparándolos con patrones o modelos establecidos previamente. Trazar un procedimiento para predecir o detectar los errores o las fallas, así como para prevenirlos o corregirlos sobre una base de continuidad.