Una cuenta de crédito es una cuenta bancaria en la que se puede disponer de una cantidad de dinero, la pactada con la entidad financiera, para poder utilizar el dinero para acometer los pagos de la empresa.
La utilización de la póliza de crédito consistirá tanto en disposiciones como en imposiciones de dinero, estas podrán ser pólizas de campaña que tendrán un vencimiento de seis meses o pólizas de crédito de renovación tácita, que el vencimiento dependerá de la negociación que se lleve a cabo con la entidad financiera, los vencimientos de estás suelen oscilar entre los uno y cinco años.
Las pólizas de crédito son uno de los productos financieros más utilizados y flexibles por las empresas para poder disponer de dinero y poder hacer frente al pago de sus acreedores, el ejemplo más común es la póliza de crédito tácita con vencimiento a un año, con esta, la empresa dispondrá del dinero negociado con la entidad financiera y se tendrá que hacer cargo de los intereses y comisiones que generen la póliza, generalmente estas comisiones e intereses suelen cargarse en la misma cuenta de crédito trimestralmente.
La utilización de está no difiere mucho de la de una cuenta corriente normal, utilizándose como medios de pago, cheques, pagarés, tarjetas, transferencias o permitiendo también la domiciliario de efectos comerciales o recibos periódicos.
La operación tendrá que ser firmada ante fedatario público (Notario) y aparir de este acto se dispondrá del crédito pactado con la entidad financiera para el uso de las actividades comerciales.
Las liquidaciones de intereses y comisiones serán liquidadas mensualmente o trimestralmente y estarán compuestas de las siguientes partidas:
Intereses acreedores; si la cuenta dispone de saldo positivo la entidad financiera pagará los intereses pactados a favor del contratante.
Intereses deudores; dependiendo del dinero que se haya dispuesto durante el periodo anterior a la liquidación de intereses, la entidad financiera cobrará a raíz de los intereses pactados.
Intereses de descubierto: cuando el límite del crédito de la póliza quede excedido, la entidad financiera aplicará los intereses pactados en la contratación, siendo estos muy superiores a los intereses deudores.
Comisión de saldo no dispuesto; muchas entidades cobran comisiones del crédito no utilizado, esto lo hacen para incentivar el consumo del dinero concedido , estas comisiones suelen oscilar entre el 0,25% y 0,50% teniendo en cuenta que estas se puedan aplicar trimestralmente se puede llegar a pagar entre un 1% y 2% anualmente, por ello es interesante negociar bien este porcentaje, que puede hacer en función del crédito concedido que se pegan más comisiones de las debidas.
Comisiones de máximo descubierto; la entidad nos aplicará una comisión sobre el máximo descubierto, que suele ser elevada.
Cuando el periodo de tiempo de la póliza de crédito llegue a su fin, esta deberá ser cubierta en su totalidad, bien con fondos propios de la empresa o con la renovación automática por parte de la entidad financiera, de no cumplirse ninguna de las premisas anteriormente mencionadas, el contratante de la póliza de crédito, deberá acometer la deuda con un préstamo de la cantidad pendiente a satisfacer a la entidad financiera.Este problema suele afectar a las empresas que durante todo el periodo de vigencia de la póliza han utilizado la totalidad del dinero para hacer frente al pago de activos fijos, siéndoles después prácticamente imposible poder hacer frente a la deuda contraída con la entidad financiera.
Las pólizas de crédito están pensadas para ser utilizadas por las empresas para hacer frente al pago de las deudas generadas por sus activos circulantes, que son las operaciones de capital que la empresa generará con sus clientes en un plazo no superior a doce meses. Puedes encontrar más información sobre hacer frente a las deudas aquí.