En España un tercio de los trabajadores dados de alta como autónomos son mujeres. La presencia de las mujeres en el sector del trabajo autónomo no es demasiado alta, pero está por encima de la media de lo que ocurre en el resto de Europa.
A día de hoy en España tres de cada diez autónomos son mujeres. La presencia femenina en el trabajo autónomo se ha incrementado de forma notable. En el último año (2018), las mujeres representaron un 55,3% del total del crecimiento de autónomos. España cuenta en la actualidad con 1.157.066 mujeres autónomas en un total de 3.254.663 de autónomos en el país.
Por sectores, las mujeres tienen una presencia mayoritaria en los sectores de sanidad, peluquería, educación, hostelería y en el ámbito científico. En el lado contrario están los sectores del transporte, las industrias extractivas y la agricultura, en el que el número de mujeres autónomas es muy bajo en comparación con el volumen de hombres autónomos. En el resto de sectores la presencia masculina y femenina está más o menos en equilibrio.
Por regiones, la presencia de mujeres autónomas ha crecido con mayor intensidad en Asturias, Galicia, Valencia y La Rioja, mientras que Melilla, Madrid, Canarias y Castilla la Mancha son las regiones en las que menos mujeres se han dado de alta como autónomas.
La discriminación en el empleo del sexo femenino y la crisis económica son los factores que explican el incremento de la presencia femenina en el trabajo autónomo.
Los analistas diferencian entre los diferentes perfiles de mujer autónoma. Están aquellas que tienen un verdadero proyecto de emprendimiento y para las que el trabajo por cuenta propia es la única manera para realizarse profesionalmente, pero también están aquellas que han sido emprendedoras a la fuerza o condicionadas y que han llegado al sector de los autónomos ante la imposibilidad de encontrar un trabajo asalariado o de mejorar su posición en el trabajo que tenían.
A ellas hay que sumar lo que algunos llaman las “falsas emprendedoras”, aquellas mujeres que por sus especiales condiciones como vivir en una zona rural o ser inmigrantes no tienen más remedio que recurrir al autoempleo como única salida para poder desarrollarse personal y profesionalmente y mantenerse económicamente.
Para las mujeres que optan por el trabajo autónomo este sector les otorga mayores posibilidades de conciliar su vida personal y su vida profesional y de poder gestionar su propia empresa o marca profesional decidiendo ellas mismas hasta dónde quieren llegar, sin tener que hacer frente a la discriminación por género que hoy en día sigue presente en muchas empresas.
Los especialistas creen que el trabajo autónomo seguirá creciendo en los próximos años y que para 2020 en Estados Unidos uno de cada dos profesionales será autónomo, tendencia que no tardará en extenderse al resto del mundo.
En este marco, las asociaciones de mujeres profesionales abogan por dar una mayor visibilidad de la situación de las trabajadoras autónomas a fin de atraer un mayor número de mujeres hacia este sector y de establecer mejores sistemas de información, formación y financiación, que puedan ayudar a superar los obstáculos que todavía a día de hoy impiden que ciertos colectivos femeninos desempeñen su labor como trabajadoras autónomas.