La jornada laboral a tiempo parcial no satisface a nadie.
Desde que el Gobierno intentara, sin efectos desgraciadamente, arreglar la situación laboral del país, haciendo una reforma del sistema, la jornada a tiempo parcial ha sido una de las piedras angulares de Valeriano Gómez, el ministro de trabajo.
Sin embargo, los datos indican que pocos son los colectivos que optan por esta modalidad de trabajo, ya que no satisface a ninguna de las partes. Los trabajadores desean tener una jornada completa, como es lógico, y los patronos consideran que esta fórmula debería conllevar algún beneficio más como la flexibilidad de los horarios.
A este respecto el Gobierno está estudiando dar una vulta de tuerca a la jornada parcial, por ejemplo estableciendo el tiempo de aviso de cambios de horarios a tres días frente a los siete que exige ahora la normativa, o que el 10% de la jornada sea flexible de forma obligatoria. Los sindicatos ya han respondido de forma negativa a esta reforma.