Cuando el Gobierno de Zapatero planteó la creación de un Estatuto del Trabajo Autónomo y se puso manos a la obra en el año 2004, se inició una carrera para “determinar” aquellas personas y/o entidades que iban a representar en las negociaciones con el Gobierno a este colectivo tan diverso y atomizado.
En aquel momento fueron 6, las entidades a las que se concedió esta potestad, de las cuales 4 han desaparecido o han sido absorbidas. De las otras dos, una sufrió una escisión, siendo esas tres las entidades que hoy reciben las llamadas del Ministro Escrivá en su proyecto de cotización mal llamado por ingresos, pues ha de ser por rendimientos.
Curiosamente, han sido las organizaciones ligadas a la CEOE y Sindicatos, directa o indirectamente, aquellas que han sobrevivido a este proceso de “representatividad”, si bien es difícil asegurar, si alguien propusiera una encuesta entre los más de tres millones de autónomos, que estos se sientan representados por CEOE y Sindicatos o por alguna de estas tres entidades.
Fueron estas entidades las que crearon, por ejemplo, la figura del trabajador autónomo dependiente, una figura contradictoria para dotar de legalidad a una figura, ya entonces, cada vez más común en nuestro entorno laboral, aunque en muchas ocasiones los Tribunales de lo Social opinen lo contrario.
Fueron estas entidades, también, las que diseñaron junto al gobierno un complejo sistema de representatividad de los trabajadores autónomos. Un sistema que excluye a cualquier otra organización, y del cual el propio Ministerio de turno se permite afirmaciones como decir que una organización representa el 61,4%, cosa que afirmó la Dirección General del Trabajo Autónomo en 2018.
¿Alguien puede creer que una organización de autónomos en este país tiene casi dos millones de socios?
No cabe duda que de aquellos polvos llegan estos lodos, el fango en el que nos encontramos los autónomos ante el nuevo sistema de cotización, representados por tres organizaciones conocidas por sus íntimas relaciones con Sindicatos y CEOE, por su interés en aglutinar asociaciones a lo largo y ancho de España, pero con poco o ningún interés por escuchar los problemas de los autónomos.
Personalmente, me parece acertado e interesante implementar un sistema de cotización por rendimientos entre los trabajadores autónomos, emulando la cotización social de los trabajadores por cuenta ajena, si bien esto ha de significar sin ambages un ensanchamiento de la cobertura social del colectivo de autónomos tanto en lo que atañe a la cantidad como a la calidad y, sobre todo, un sistema que atienda a los rendimientos, nunca a los ingresos, y que efectivamente proteja a aquellos autónomos en situación de precariedad.
Sorprendentemente, encuentro muchas críticas entre estas entidades que dicen representar a los autónomos respecto a la cuota de los tramos altos de cotización, y sin embargo pasan de puntillas ante la injusticia e irracionalidad de un sistema que cobra más porcentaje de los rendimientos a los que menos tienen.
Lamentablemente el amplio espectro de asociaciones que representamos a los trabajadores autónomos ya sea de manera sectorial o transversal no estamos siendo preguntadas, ni nuestras propuestas están siendo si quiera estimadas.
No podrá sorprender que si finalmente el sistema de cotización de autónomos cambia y se vincula a los ingresos, tal y como está negociando el Gobierno de la mano del Ministro Escrivá junto a las 3 entidades que dicen representar a los autónomos, se genere un movimiento crítico, como por ejemplo ha sucedido entre el colectivo de transportistas, a los que han negado representatividad y voz durante semanas intentando únicamente acordar con las asociaciones “representativas” del Comité Nacional del Transporte.
Como siempre expreso tanto públicamente como en privado, no pretendo representar la voz de los más de 3 millones de autónomos, de los diferentes profesionales y sectores, de las múltiples sensibilidades, y no lo pretendo porque es materialmente imposible, circunstancia por la que me aterra que 3 entidades vinculadas a CEOE y Sindicatos estén representando la voz, no ya propia, si no de todos los trabajadores autónomos ante el Gobierno, ya sea para instaurar un nuevo sistema de cotización o para cualquier otra circunstancia.
Por todo ello, vuelvo a levantar la voz e instar al Ministro Escrivá, así como al resto de miembros del Gobierno de la Nacional y Comunidades Autónomas que los autónomos necesitamos que se abra el espectro de escucha del colectivo de autónomos, para que las voces y sensibilidades de un colectivo tan amplio, atomizado y diverso sean tenidas en cuenta y construyamos, entre todos, normas que sean aceptadas y consensuadas ampliamente, pues de este modo no sólo construiremos mejores normas, sino también más duraderas y en las que todos los colectivos ya sean mayoritarios o minoritarios se sientan representados.
Necesitamos tu apoyo, estamos trasladando una pregunta al Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones y al Ministro José Luis Escrivá sobre la representatividad. ¿Está el gobierno dispuesto a abrir el diálogo con todas las asociaciones que representan a los trabajadores autónomos tanto sectorial como intersectorialmente como en ámbitos locales, regionales o nacionales?
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