En el mundo rural pasan muchas cosas que en las ciudades desconocemos, por ejemplo no hay alternativas de transporte público al coche privado, es difícil encontrar cerca algún servicio que complemente el tuyo o simplemente puedes no tener una comunicación solvente que te ayude a relacionarte con tus clientes y proveedores de manera fluida.
Este tipo de cuestiones necesitan sin duda la mano de las instituciones más allá de los ayuntamientos, necesita que tanto la comunidad autónoma correspondiente como el Estado trabajen de manera conjunta para garantizar unos mínimos si realmente están pensando en revertir la dinámica de la disminución de población en la llamada España vaciada.
Además en las zonas más despobladas faltan servicios básicos como bares y restaurantes, farmacias, comercios y otros servicios sanitarios privados como dentistas u ópticas.
La cuestión es que para que a los autónomos y emprendedores nos merezca la pena ofrecer nuestros servicios en estos remotos lugares hace falta que los gobiernos autonómicos y estatal, junto a los ayuntamientos, busquen soluciones generales que permitan a quienes podrían prestar sus servicios allí establecerse con unas mínimas garantías.
Y es que, por ejemplo, la vivienda también es un problema en estos entornos. No es fácil encontrar viviendas para ser alquiladas y que nuevos vecinos formen parte del pueblo.
Al final todo esto es un entramado global que hace que faltando una cosa sea imposible generar la siguiente. El hecho de que no haya oferta de ocio hace que los jóvenes se vayan de sus pueblos natales. El hecho de que no haya vivienda libre hace que algunos municipios no puedan terminar sus promociones de vivienda porque no tienen donde puedan dormir los trabajadores de la construcción que vienen de fuera. El hecho de que los jóvenes se vayan y tampoco puedan establecerse personas de fuera genera que no haya un relevo generacional imprescindible para que los oficios históricamente rurales sigan manteniéndose.
Por tanto la situación que encontramos en la actualidad es muy preocupante y no se va a resolver si no remamos todos a una, en concreto, si las instituciones no reman todas a una.
Las instituciones deben trabajar juntas y no dejar pasar un solo día en la toma de decisiones que sigan haciendo posible la vida fuera de las ciudades, pero que garantice una vida digna a las personas que han decidido vivir en los entornos rurales.
El emprendimiento sostenible puede ser un apoyo esencial a esas políticas, pero para ello debe prestarse toda la atención y el apoyo que merece y necesita.
En este contexto desde Red Autónomos trabajamos por la creación de eventos que generen mayores redes entre autónomos y emprendedores, como el que tuvo lugar el 27 de Octubre en Zorita, Cáceres. Un encuentro de Networking e información sobre ayudas, subvenciones y otros temas de interés, donde Ayuntamiento de Zorita, otros municipios como Alcollarín o Aberturas y la Junta de Extremadura participan conjuntamente en un evento que una organización transversal como Red Autónomos impulsa. La colaboración es el camino para el éxito en estos entornos y no podemos desaprovecharla.
Si además tenemos en cuenta que debemos cumplir con los objetivos de la agenda 2030 no podemos dejar de pensar en los autónomos rurales, que son quienes pueden dar servicio de calidad a los ciudadanos de sus entornos y generar redes de colaboración y cooperación fundamentales que a su vez producen otros beneficios colaterales a las comunidades.
Cualquier entorno en el que haya un mínimo de servicios disponibles, que promueva relaciones profesionales intersectoriales será siempre más acogedor y seguro que uno que no los tenga. Y creará mayor fijación poblacional, que en definitiva, es lo que se busca desde todas las instituciones, desde las comunidades autónomas, desde España, desde Europa y desde las Naciones Unidas.
Así entiendo que las relaciones público privada para dar solución a esta escasez de servicios es imprescindible.
También que desde las instituciones se debe contar mucho mas con los autónomos y las pymes de esos entornos. Se deben generar políticas que discriminen positivamente a este tipo de micro-empresas que están arraigadas en las zonas y que están generando en su entorno un valor social muy superior incluso al de los puestos de trabajo que crean.
Pensemos, que además todas estas acciones son de fácil ejecución con buena voluntad y trabajo conjunto, y eso, es lo que deben ofrecernos nuestros gobiernos, soluciones, aunque ello conlleve trabajar conjuntamente.