Una vez que la reforma de la cotización de autónomos afronta su recta final, parece que, ahora sí, con el acuerdo, o al menos, con la rebaja de reticencias de las asociaciones que “representan” a los autónomos en las conversaciones seguimos sorprendidos por la falta de equidad y proporcionalidad entre los autónomos con menores y mayores ingresos.
El gobierno “más progresista de la historia” parece que va a cometer los mismos errores que el resto de gobiernos que han transitado la democracia española, o que viene repitiendo su denostado gobierno autonómico de Madrid, cobrar más a los más débiles y otorgar ventajas a los más fuertes.
En toda la normativa que hace referencia a las actividades profesionales y empresariales se repite una misma situación, los más fuertes cuentan con recursos para abaratar sus costes impositivos como ocurre en el Impuesto de Beneficio de Sociedades entre grandes y pequeños donde los más débiles soportan una carga mayor que las grandes corporaciones que soportan un coste ridículo, no sólo respecto a las pequeñas empresas, sino también respecto a autónomos y trabajadores por cuenta ajena.
Lamentablemente, no resulta extraño que las asociaciones a quienes han otorgado la representatividad de los trabajadores autónomos desde los partidos políticos sin ningún proceso democrático que lo refrende, apoyen esta reforma de las cotizaciones perjudicial para los autónomos con menores ingresos. Ya ocurrió con el propio Estatuto del Trabajo Autónomo, que contó con el apoyo de estas asociaciones, a pesar de contar con figuras tan extrañas como el Trabajador Autónomo Dependiente, más cerca en la mayoría de ocasiones de un falso autónomo que de un verdadero autónomo y que ha sido la puerta de acceso para la ilegalidad que los tribunales están condenando respecto a las plataformas de reparto, por ejemplo.
Una vez más los trabajadores autónomos nos vemos en una encrucijada. Si bien durante décadas los diferentes gobiernos modificaron las diferentes legislaciones sin consultarnos y teniendo como interlocutores a Sindicatos y grandes empresas, hoy aunque parece que nos consultan, realmente se pregunta a unas organizaciones cuya independencia debemos poner en cuarentena, ya que forman parte de la CEOE de las grandes empresas y los Sindicatos UGT y CCOO, representantes de los intereses de los trabajadores por cuenta ajena, y que, indudablemente, no representan la voz de los autónomos reales, los carpinteros, los fontaneros, los comerciantes, el pequeño taller, el transportista, etc, ni siquiera de aquellos que son profesionales liberales.
De este modo, no puede resultar extraño que aquellos que nos representan den por buena una reforma de la cotización en la que no está claro qué significan “ingresos reales”, que parece incrementará nuestras coberturas sociales, pero aún desconocemos cuáles y en qué manera, y que, sobre todo, condena a los más débiles, aquellos a los que esta reforma venía a proteger, que son la mayoría, a soportar una mayor parte de cuota sobre sus ingresos que aquellos con mayores ingresos.
En definitiva, esta reforma va a eliminar nuestra capacidad de decidir la cuota de cotización que tenemos en la actualidad por una mísera rebaja de euros en la cuota de los autónomos con menores ingresos.
El nuevo sistema de cotización parece, por tanto, un sistema a medida del Gobierno que verá incrementada las cotizaciones a corto o medio plazo sin lugar a dudas, pero en ningún caso de los autónomos que viene a proteger y es desalentador, que aquellos que dicen representarnos de la mano de patronal y Sindicatos estén de acuerdo con una reforma de la que cuesta encontrar aspectos positivos más allá de pequeñas migajas como ya sucedió con la aprobación del Estatuto del Trabajo Autónomo.
