Ya nos advertía el Premio Nobel de Economía Joseph E. Stiglitz de las consecuencias negativas para la economía de una sociedad en desequilibrio, pero parece que no todos entendemos ni las sociedades ni la economía de la misma manera.
Entiendo que haya argumentos económicos en todos los sentidos, incluidos los discursos contra cualquier tipo de regulación sobre el mercado y, como no, sobre los derechos que los trabajadores (sobre todo de “menor cualificación”) deben tener, si vienen marcados por una ideología que se fija solo en algunos datos económicos de fácil propagación.
Sin embargo, la reducción de la jornada laboral es algo que viene ocurriendo en muchos departamentos de grandes empresas, en ciertas áreas del funcionariado y en otros ámbitos laborales, por lo que no puedo manifestarme en contra de una modificación sobre la jornada laboral porque es algo que se suponía ocurriría de una manera u otra en nuestra sociedad y porque eso sería admitir que una parte de nuestros trabajadores no puedan tener los mismos derechos que el resto.
Lo que propone el Ministerio de Trabajo de Yolanda Díaz es una reducción de la jornada laboral a 37,5 horas sin recorte salarial y eso se suma al incremento sufrido en el Salario Mínimo Interprofesional en estos últimos años.
Esto podría parecer preocupante para las pymes y los autónomos si solo lo miramos desde el punto de vista de una empresa que paga más por menos, pero la realidad es que consolidar derechos equivale a una mayor motivación, responsabilidad y compromiso por parte del trabajador con su trabajo y su empresa y esto redunda en una economía más sólida y estable, por no hablar de que se construyen sociedades más justas y equilibradas, cosa que desde las grandes corporaciones y los grandes lobbies económicos también se valoran muy positivamente a la hora de evaluar posibles opciones inversoras o de crecimiento e implementación de infraestructuras en un país.
En la Mesa de Negociación se sientan CEOE y CEPYME por parte de la patronal junto a CCOO Y UGT por parte de los trabajadores, pero en RED AUTÓNOMOS nos preguntamos quiénes nos representan a nosotros, autónomas y autónomos que generamos la mayor parte de ese empleo en las pymes y micropymes del que la patronal dice estar tan preocupada sin hacerse eco de nuestra voz.
Una sociedad más justa también es una sociedad diversa pero unida por las diferencias, y tener opiniones o criterios diferentes no debe ser usado en ningún caso por un representante patronal para generar brechas ideológicas entre la población, más bien lo que se pide a estos representantes es que mantengan buenas relaciones entre las partes, ya que es la única forma de negociar y llegar a consensos en los que todos deben ceder en alguna posición.
Si Gerardo Cuerva, Presidente de Cepyme, habla de “tesis comunistas” del gobierno y Santiago Abascal, Presidente de VOX, llama “Socialista” a Alberto Núñez Feijóo, Presidente de PP, la sensación para muchos ciudadanos es que estamos anclados en el pasado, en la queja fácil sin propuestas y en una lucha en la que nadie ganará.
En este gran momento de nuestro país deberíamos exigir a todos nuestros representantes públicos que se fijaran en los problemas reales de las personas, que la sanidad y la educación estén por delante de valores puramente económicos, que se haga cumplir con los derechos de los trabajadores, que se cumplan con las normativas europeas que discriminan positivamente a autónomos y pymes locales y que se regulen ayudas a los entornos rurales donde la despoblación y la falta de infraestructuras y servicios se retroalimentan de manera continua y sin que nadie haga nada.
En este momento deberíamos buscar alternativas creativas para generar más empleo y de más calidad, para formar mejor a nuestra población activa, para detectar los nuevos puestos de trabajo que están por venir, para apoyar al
comercio de proximidad y profesionalizar la hostelería a pequeña escala, para ayudar a profesionales a deslocalizarse, asegurando una vida digna fuera de las grandes ciudades, para luchar contra la inflación que sufren no solo las familias sino también los autónomos, las pymes y las micro-pymes. Para todo ello hace falta no perder el foco, tener objetivos claros, que haya mesas de trabajo conjuntas de todos los sectores de la sociedad y de todos los partidos políticos, que comprendamos que el bienestar de unos pocos no puede sustentarse sobre el trabajo de muchos que cada vez tienen más dificultades para tener una vida plena.
No nos olvidemos de ir todos juntos porque o vamos todos o si dejamos gente atrás será el mal para todos.