91 197 67 48    hola@redautonomos.es

serlo-o-parecerlo

Serlo o parecerlo

Tras mas de un año de pandemia hemos aprendido muchas cosas como, por ejemplo, que por mucho que avance la vacunación la transmisión no se detiene o que, solo con medidas preventivas, el éxito de las mismas depende de tantas variables como personas se relacionen.

Hemos aprendido que, el tan deseado punto de equilibrio entre salud y economía se sustenta sobre las restricciones, restricciones de aforo, restricciones de horario o restricciones de comensales. Estas restricciones, mas las conocidas medidas sobre el uso de mascarillas, son las medidas promovidas y reconocidas por nuestras administraciones públicas en pleno siglo XXI.

Digo en pleno siglo XXI porque para un observador imparcial le llamaría la atención que una sociedad que ha sido capaz de desarrollar diferentes vacunas en menos de un año parece, o puede parecer, que en materia de prevención ha tocado techo con los mismos sistemas que la humanidad utilizó para la conocida como gripe española de hace un siglo.

Sin embargo, la realidad nos dice algo muy diferente, en la actualidad contamos con numerosos sistemas de prevención activa, sistemas que vienen evolucionando desde hace años con demostrada eficacia. Sistemas de higienización como la ventilación mecánica forzada (climatización) o la higienización física (filtros) y sistemas de esterilización como la radiación ultravioleta del aire.

De igual forma, los científicos y técnicos españoles han demostrado que el uso individual de cada uno de estos sistemas tiene una eficacia limitada mientras que han desarrollado modelos combinados que garantizan una calidad del aire en interiores que puede ser gestionada de forma automática.

La cuestión que se nos plantea parece evidente, ¿por qué no se promueven estos sistemas de higienización? ¿por qué no lideramos el desarrollo de modelos de higienización activa? ¿por qué no reconocemos nuestras propias capacidades y las ponemos al servicio de nuestra economía, de nuestra sociedad?

En este campo, lo único que han hecho nuestras administraciones fue sacar una línea de ayudas económicas para la adquisición de filtros y medidores de CO2. Es decir, puedes instalar el medidor de CO2 junto a una ventana abierta y el filtro en un rincón y has cumplido con los objetivos.

La realidad es que todo sigue igual, la presencia de patógenos en el aire no se ve alterada por nuestras medidas y, lo que es peor, transmite una falsa sensación de seguridad que resulta mas dañina que la total ausencia de medidas, por lo menos no nos engañamos a nosotros mismos.

Por otro lado tenemos la posibilidad que un equipo de técnicos midan las concentraciones de contaminantes en nuestro entorno, que identifiquen el flujo de aire en el interior de nuestras instalaciones, que determinen, mediante modelos matemáticos, los puntos de mayor concentración de patógenos y que, con toda esta información mas el análisis de los sistemas de climatización del local o las estancias, desarrollen un modelo de higienización fijando los puntos de filtrado mas adecuados, los puntos de esterilización y los umbrales de concentración de contaminantes y patógenos.

Este sistema mide, en todo momento, la calidad del aire y es capaz, por si solo, de determinar la necesidad de filtrar, esterilizar o renovar el aire. Este modelo nos permite garantizar la seguridad de nuestro entorno.

No estamos pidiendo nada milagroso, lo que proponemos es que España sea la primera en poner en valor los conocimientos técnicos y científicos que tenemos, que sea la primera en reconocer, mediante certificaciones independientes, la seguridad aportada por estos modelos y que, esta seguridad se vea reconocida por las administraciones con la obtención de ayudas para su implantación y con el incremento de aforos, horarios de apertura y comensales.

Si reconocemos y utilizamos nuestros conocimientos y capacidades tendremos las mejores herramientas para salvar nuestra economía y nuestra sociedad. Pero de verdad, no solo para cubrir expediente.

Apostamos por serlo, no vale con parecerlo.