DERECHOS Y DEBERES EN PROTECCIÓN DE DATOS

El Título I de la Ley, relativo a las disposiciones generales, establece que el derecho fundamental de las personas físicas a la protección de datos personales, amparado por el artículo 18.4 de la Constitución, se ejercerá con arreglo a lo establecido en el Reglamento (UE) 2016/679 y en esta ley orgánica. 

En segundo lugar, es también objeto de la ley garantizar los derechos digitales de la ciudadanía, al amparo de lo dispuesto en el artículo 18.4 de la Constitución, algo de especial relevancia para el momento en el que nos encontramos. 

La relevancia principal para la actividad de cualquier empresa o autónomo que trate con datos personales es que se aplica a cualquier tratamiento total o parcialmente automatizado de datos personales, así como al tratamiento no automatizado de datos personales contenidos o destinados a ser incluidos en un fichero.

Esta Ley trata de prevenir que lo que aparece en la red respecto de una persona, física  o jurídica, se convierta en algo incontrolable o definitivo, con las consecuencias que ello conlleva. 

En cualquier lugar y a cualquier hora, estos servicios forman parte de nuestro día a día: cuando cualquiera nos informamos, nos relacionamos compartiendo información con otras personas, se publican fotos o vídeos, uno se divierte con los videojuegos, escucha música, ve películas o compra en línea.

Es importante además tener en cuenta la normativa en relación con la publicidad no deseada, especialmente si remitimos emails, boletines, o publicidad por alguno de los medios tecnológicos a nuestro alcance ya sea a través de la red, el móvil, o cualquier plataforma. 

Es esencial que además de controlar el fichero de datos personales que tenemos, cumplamos con la normativa, y tengamos en cuenta los deseos del cliente, si ha dado su consentimiento, o no, y si lo tenemos, facilitarle y recordarle siempre la forma de retirarlo. 

También tiene el cliente la posibilidad de ejercer su derecho de oposición, si no desea que una determinada empresa trate tus datos con fines publicitarios, y en estos casos, los responsables deben incluir tus datos en un tratamiento para evitar que reciba publicidad.

Los datos pueden ser tratados con fines publicitarios siempre que se acepte dicha posibilidad aunque a veces no sea realmente consciente, como ocurre con la publicidad electrónica.

En tales casos, deberá ofrecerse la posibilidad de oponerse a recibir publicidad mediante una forma sencilla y gratuita, tanto en el momento de recogida de los datos como en cada una de las comunicaciones que se dirijan.

La normativa de protección de datos permite que el usuario pueda ejercer ante el responsable del tratamiento tus derechos de acceso, rectificación, oposición, supresión (“derecho al olvido”), limitación del tratamiento, portabilidad y de no ser objeto de decisiones individualizadas.

El ejercicio de los derechos de los usuarios tiene su contrapartida en la responsabilidad de quienes tienen acceso a esos datos. Para empezar, garantizaremos que el ejercicio de sus derechos (ya explicados someramente) es gratuito.

Principalmente, ante las solicitudes de un usuario, debemos saber que deben responderse en el plazo de un mes, aunque, si se tiene en cuenta la complejidad y número de solicitudes, se puede prorrogar el plazo otros dos meses más.