La traducción jurada o traducción legal es la referida a la traducción de documentos y textos legales de un idioma a otro. Las traducciones juradas solo pueden ser realizadas por traductores jurados reconocidos como tales por el Ministerio de Asuntos Exteriores del Gobierno de España.
Los documentos traducidos pueden ser públicos (títulos académicos, escrituras, certificados, normativas, etc.) o de carácter privado (contratos entre empresas, documentación sobre productos o servicios, etc.).
Existe un registro público oficial creado por dicho ministerio que recoge todos los traductores oficiales, indicando el idioma o idiomas para cuya traducción e interpretación han sido habilitados.
Es muy importante que una traducción de este tipo esté bien hecha, es decir, que el texto sea preciso y fiel al original, pues los errores en estos temas puede dar lugar a demandas judiciales. Por las características de este tipo de traducción, no todos los traductores profesionales están preparados para realizarla, pues se necesita, no solo un alto conocimiento lingüístico, sino también sobre temas jurídicos para conocer bien los conceptos legales sobre los que se trabaja. Por ello, recomendamos empresas serias, como esta de traducción jurada en Alicante.
Los traductores jurados deben firmar y sellar la traducción, pues deben acreditar la fidelidad de la traducción respecto al original. De esta manera, y estando el traductor reconocido por el Ministerio de Asuntos Exteriores, los documentos traducidos podrán ser reconocidos en el país destinatario.
Apostilla de La Haya
Es un método simplificado de legalización de documentos que tiene por fin verificar su autenticidad en el ámbito del Derecho internacional privado. Su nombre hace referencia a que fue un método introducido por el Convenio de La Haya, por lo que solo está admitido como forma de legalización por los países que han suscrito dicho convenio.
Físicamente, la apostilla es un documento del gobierno que sirve para certificar que la persona oficial que firma el documento original es una persona existente, autorizada y cualificada para firmar o sellar dicho documento
No suele ser trabajo del traductor jurado realizar las gestiones para obtener la apostilla, ya que muchas instituciones europeas admiten como válidos los documentos que contienen la firma y sello del traductor jurado, sin requerir documentación extra.
En España, la apostilla puede obtenerse digitalmente, de forma que sustituye la firma manuscrita por un certificado electrónico válido, de conformidad con los estándares internacionales.
Por último, hay que tener en cuenta que la figura de traductor jurado no existe en todos los países, al igual que no todos los países han suscrito el Convenio de la Haya. En estos caso, la mejor opción es acudir a alguna empresa que ofrezca servicios de traductores jurados acreditados en su país de origen.