La productividad es una cuestión que preocupa tanto a las empresas como a los autónomos. Aunque la media diaria de trabajo de los españoles es de ocho horas, lo cierto es que muchas veces ese tiempo no cunde tanto como debería. Por eso, en esta ocasión vamos a ver cinco consejos para mejorar la productividad.
Organizar y gestionar las tareas
Empezar el día sin saber muy bien qué es lo que hay que hacer puede dar lugar a un mal reparto del tiempo de trabajo y a que al final de la jornada queden cosas importantes por hacer.
Con algo tan sencillo como una agenda (en papel o en versión digital) es posible gestionar las diferentes tareas que están pendientes para cada día y organizarlas por orden de prioridad. Esto permite saber de un solo vistazo qué es lo primero que hay que hacer y qué tareas pueden esperar.Reducir la incidencia de los ladrones de tiempo
Son todas esas pequeñas distracciones que hacen que el trabajador acabe dedicando tiempo a cuestiones que no son realmente importantes. Entre los más habituales están la supervisión del correo electrónico, las llamadas telefónicas, un número excesivo de reuniones, etc.
Tanto el empleado como la empresa deben poner de su parte para reducir la influencia en la jornada de estos ladrones de tiempo. Por ejemplo, reduciendo las reuniones a las mínimas imprescindibles e incluso hacerlas mediante teleconferencia para evitar desplazamientos; revisar el email solo dos veces durante la jornada laboral (estableciendo previamente un horario para ello), o apagar el móvil personal.
Mantener la zona de trabajo ordenada
Una mesa de trabajo desordenada es un foco de estrés y de distracciones. Encima del escritorio solo debería haber aquello que es imprescindible para desarrollar las tareas pendientes. Está demostrado que este minimalismo mejora la concentración.Evitar el perfeccionismo
Desarrollar el trabajo adecuadamente está bien, pero un exceso de perfeccionismo lleva a dedicar demasiado tiempo a una misma tarea y a acumular estrés.
Hay que buscar un punto de eficiencia en el que el trabajo esté bien hecho y tenga la calidad necesaria, pero sin incurrir en demasiada dedicación.
Hacer pequeños descansos
Es bueno que después de finalizar cada tarea el empleado se tome unos minutos de descanso y aproveche para levantarse del escritorio y moverse. Esto ayuda a mejorar la salud a nivel físico y mental.
También es importante respetar el descanso fuera del trabajo, apostando por la desconexión digital y durmiendo un mínimo de siete horas cada día. Esto nunca es una pérdida de tiempo, todo lo contrario, ayuda a recargar las pilas y permite empezar la nueva jornada con más energía.
Realizar pequeños ajustes en el día a día del trabajo puede parecer algo sin importancia, pero poco a poco se puede ir viendo que la productividad va mejorando y, a medida que aumenta la misma, también lo hace la motivación, dando lugar a empleados más felices y más satisfechos con su trabajo, lo que a su vez reduce el absentismo laboral. Por lo tanto, mejorando la productividad se mejora la actividad empresarial o profesional a muchos niveles.