El mentoring es una herramienta para potenciar y acelerar el desarrollo profesional, así como personal, de los valiosos activos humanos que requiere la organización y que cuentan con un talento específico muy interesante para la empresa.
Con ese objetivo se unen dos personas por un espacio de tiempo determinado: por un lado un empleado con holgada experiencia profesional, en adelante llamado mentor, y por otro una persona con un talento específico que interesa desarrollar en la empresa, denominado mentorizado.
Es sabido que en el desarrollo profesional los logros son fruto de años de esfuerzo y trabajo. Son unos conocimientos que de por sí no se pueden adquirir de un día para otro, o en un aula. Por eso mismo, la figura de un mentor es de gran ayuda para acelerar la inclusión en la empresa de una persona con las capacidadades que interesen en cada caso.
Para aplicar con éxito este instrumento es importante que ambas personas no se conozcan, que no hayan coincidido nunca. También es un requisito indispensable que haya motivación en ambas partes sobre lo que se pretende realizar, uno como mentor, otro como mentorizado.
¿Qué necesita un buen mentor?
Sentirse bien con la empresa, a gusto, orgulloso de pertenecer a ella.
Querer y tener la capacidad para compartir sus experiencias, su aprendizaje. Tener buenas capacidades comunicativas.
Ser capaz de invertir una parte de su tiempo en beneficio del mentorizado. Debe ser algo altruista y sin otros intereses que los de ayudar a otra persona y a la propia empresa.
Saber hacer un juicio objetivo y constructivo sobre el mentorizado para informar a sus superiores en caso de ser requerido.
Ser transparente y honesto. funcionar como un generador de confianza.
¿Qué necesita un buen mentorizado?
Estar interesado, no sólo en ser mentorizado, sino en el mentor en cuestión. Para eso es muy importante definir muy bien los candidatos y reducir al máximo las probabilidades de fracaso, para ello, el departamento de recursos humanos deberá hacer un estudio muy detallado.
Estar dispuesto a ser criticado, siempre desde lo constructivo. Una persona poco flexible a la hora de recibir críticas es sinónimo, poco equivoco, de fallo del proceso de mentoring.
Ser una persona de mente abierta. Querer conocer, descubrir, probar, etc., son actitudes muy positivas para este tipo de programas.
Ser una persona con capacidad de organización vital: querer y saber identificar objetivos. Puesto que es muy importante saber estructurar las propias metas en pos de un correcto desarrollo profesional. Este aspecto, sumado a los demás, también hará del candidato una buena elección.
Con esta experiencia todos ganan. La empresa con un personal aún más preparado. El mentorizado en un desarrollo amparado y sólido en la empresa. Y el mentor en satisfacción propia, desarrollando habilidades como líder y retroalimentación del mentorizado, así como mejorando la perspectiva que pueda tener la organización sobre él.