La vuelta al trabajo es difícil de llevar y es que, tras unos días de relax y descanso, volver a la rutina diaria de madrugar, enfrentar el atasco y rendir en el trabajo, se hace más complicado que de costumbre.
El síndrome postvacacional está catalogado como una patología que produce efectos a nivel físico y psíquico. Puede definirse como aquel estado que impide a los trabajadores una correcta adaptación a la rutina laboral tras las vacaciones, provocando que sus tareas rutinarias se realicen con menor eficacia.
Los síntomas más habituales del síndrome postvacacional son la aparición de una sensación generalizada de fatiga, dificultades a la hora de dormir y de madrugar, falta de concentración, irritabilidad, nerviosismo e incluso en algunos casos pérdida del apetito.
En la mayoría de los casos el síndrome postvacacional no produce consecuencias demasiado graves y se pasa transcurridos unos días desde la vuelta a la rutina.
En España se calcula que este síndrome afecta a un 30% de los trabajadores y aunque no es posible establecer un perfil determinado del tipo del trabajador al que afecta, los expertos destacan que puede afectar en mayor medida y con más intensidad a aquellas personas que tienen menos resistencia a la frustración.
Para evitar pasar por el síndrome postvacacional los especialistas recomiendan no alargar las vacaciones hasta el último día y regresar a casa unos días antes del final del período de vacaciones para ir recuperando la rutina diaria.
Unos días antes de la vuelta al trabajo es aconsejable ir modificando los hábitos de sueño y de alimentación para recuperar los horarios que se tienen durante el resto del año. Durante los primeros días de trabajo puede ser recomendable poner el despertador entre 10 y 5 minutos antes de la hora habitual para poder hacer las tareas matutinas sin prisas ni estrés.
Cuanto mayor es el período de vacaciones más agudo es el síndrome postvacacional. En este sentido los expertos aconsejan dividir las vacaciones en varios períodos a lo largo del año para que la vuelta a la rutina no resulte tan abrupta.
La adaptación a la rutina laboral debe hacerse de forma paulatina, incrementando el ritmo de trabajo a medida que pasan los días. Cargarse de trabajo el primer día acentúa tanto el síndrome postvacacional como el estrés.
Las técnicas de relajación y la actividad deportiva es también recomendable para liberar al cuerpo del estrés y tomarse el trabajo con una actitud más positiva.
Luchar contra el síndrome postvacacional también está en las manos de los empleadores. La vuelta a la rutina tras las vacaciones es un buen momento para motivar a toda la plantilla y fortalecer el trabajo en equipo. Mostrar una actitud positiva, reconocer los logros conseguidos a lo largo del año, recompensar el esfuerzo de los más productivos y escuchar las ideas y opiniones de los empleados, son las técnicas más recomendadas por los especialistas de Recursos Humanos para generar un buen ambiente de trabajo que facilite a los empleados la vuelta a la rutina laboral.