Los horarios de España se pueden calificar de irregulares como consecuencia de nuestros hábitos y de la distribución que hacemos del tiempo; lo que hace del país uno de los peor posicionados en Europa a la hora de conciliar la vida personal, familiar y laboral de sus trabajadores.
Mientras que está demostrado que una mayor jornada laboral no garantiza una mayor productividad, se constata una cada vez mayor insatisfacción de los trabajadores con los horarios y sus hábitos de vida.
Uno de los factores de que la jornada laboral resulte excesiva pero muestre una escasa productividad es el hecho de contar con la jornada partida en lugar de la jornada intensiva o la jornada flexible (mucho más extendida en Europea).
La jornada partida es la que tiene una interrupción de una hora o más, normalmente al mediodía, para comer.
La jornada intensiva es la que se desarrolla de forma continuada, sin pausas que rompan el tiempo de trabajo (salvo las pausas que recoge la ley: 15 minutos si se trabaja más de 6 horas, considerado como tiempo efectivo de trabajo).
La jornada flexible se realiza dando libertad al trabajador para elegir cuándo la realiza dentro de un tramo horario o sin fijar fijar horarios y estableciendo objetivos.
En contra de lo que se suele argumentar para evitar la jornada intensiva o flexible, se ha de saber que:
El tamaño de la empresa no limita la implantación de la jornada continua
El sector de actividad tampoco es una limitación, aunque existen algunos sectores más reticentes a valorar estos modelos (comercio, servicios, distribución y grandes superficies,…) por miedo a la pérdida de clientes.
Los Convenios Colectivos no limitan, con carácter general, las posibilidades de implantar la jornada continua.
En cambio, son muchos los beneficios que puede generar la implantación de una jornada completa o flexible, por ejemplo:
Aumenta la motivación de los trabajadores/as .
Incrementa la productividad.
Mejora el descanso.
Facilita la desconexión.
Fortalece la identificación con el proyecto de empresa.
Reduce el estrés.
Estimula la optimización del tiempo.
Enseña a planificarse.
Permite el aprendizaje y el trabajo en equipo.
Explora nuevas facetas, que más tarde pueden tener una incidencia directa en su trabajo.
Si la empresa decide abordar un proceso para conciliar la vida laboral de los trabajadores, hay algunos puntos que debe tener en cuenta para garantizar el éxito del proceso de adopción de un nuevo modelo horario:
Implicación y compromiso por parte de la alta dirección de la empresa liderando el proceso de adopción de un nuevo modelo horario.
Comunicación y transparencia a lo largo de todo el proceso.
Acción conjunta y corresponsabilidad con los trabajadores de la empresa y otros colectivos como los sindicatos haciéndoles partícipes del proceso.
Planificación y seguimiento del proceso para garantizar una adecuada gestión del cambio.
Proyecto concebido dentro de un plan integral de mejora de las condiciones y resultados del trabajo y acompañado de políticas de evaluación del desempeño y retribución.
Para ayudar en todos este proceso, el Departamento de Empleo y Asuntos Sociales del Gobierno Vasco ha elaborado la siguiente Guía metodológica de implantación de un nuevo modelo de horario laboral en la empresa.