Si las personas que forman una empresa disfrutan de estabilidad, estas empresas serán más equilibradas y saludables y los clientes de las mismas estarán más satisfechos. Por tanto trabajar de forma saludable en una empresa hace que se aumenten los beneficios y se reduzcan costes, aumentando la competitividad y productividad de las empresas.
Los principales beneficios para los trabajadores de aplicar medidas de conciliación de la vida laboral y familiar en la empresa son:
Mejorar el bienestar personal.
Gran satisfacción laboral.
Reducción del estrés, gran equilibrio personal, mejor salud.
Gran motivación.
Favorecer el desarrollo profesional y personal
Por otro lado, el principal beneficio de las empresas a través de la conciliación es la eliminación del absentismo, ya que este se produce por la no flexibilidad de los horarios y por no tener en cuenta la conciliación. Ya que los trabajadores tienen que recurrir al absentismo para hacerse cargo en algunas ocasiones de hechos puntuales en su vida familiar o personal. Siendo muy numerosas las ocasiones en que la no flexibilidad hace mella en la salud de los trabajadores, con el resultado final de aumento del absentismo laboral. Llevando a cabo políticas de conciliación del trabajo con la vida familiar y personal en España y en otros países es reducido el número de absentismo laboral.
Al no tener que contratar a trabajadores para sustituir a los que abandonan la empresa por algún motivo, como insatisfacción por las condiciones de trabajo o por no existir conciliación, los costes serán menores. No será necesario la selección y búsqueda de personal para los puestos de trabajo, no habrá disminución en la productividad por que el nuevo empleado no domine todavía su nuevo puesto de trabajo.
Si existe una buena conciliación entre la vida laboral, personal y familiar se reducirá el tiempo de excedencia y sus costes de sustitución, facilitado por la redistribución del trabajo entre los demás trabajadores y trabajadoras.
Otras ventajas para las empresas son:
Mayor productividad.
Se favorece la retención del talento.
Aumento de la innovación y creatividad de las personas empleadas.
Mejor clima de organización.
Competitividad de las empresas por su diversidad.
Mejora de la imagen de la empresa y su marca por su diferenciación.
Aumento en el aprendizaje.
Más eficiencia y menos comisión errores.