La asistencia sanitaria de la Seguridad Social tiene por objeto la prestación de los servicios médicos y farmacéuticos necesarios para conservar o restablecer la salud de sus beneficiarios, así como su aptitud para el trabajo.
La asistencia sanitaria se concede con la misma extensión, forma, términos y condiciones que en el Régimen General, siendo el único requisito estar afiliado a la Seguridad Social y en situación de alta o en situación asimilada a la de alta.