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Una de las principales novedades fiscales del 2014 para autónomos y pymes será el IVA de caja. El objetivo de esta medida es poder aplazar el pago de este impuesto hasta que se cobre la factura. Por ello, desde el 1 de enero de 2014 las pymes y autónomos podrán participar en esta iniciativa y no tener que adelantar el IVA de las facturas que no se hayan cobrado a Hacienda.

Esta es una reivindicación antigua de los autónomos y pequeños empresarios que el Gobierno recogió en la Ley de Emprendedores, para rebajar la presión que están soportando las pymes desde que comenzó la crisis y que ha agravado la falta de liquidez en las empresas. El principal requisito para poder disfrutar de este instrumento, totalmente voluntario, es que el volumen de negocio de la empresa no supere los dos millones de euros. El empresario que decida acceder al IVA de caja estará vinculado a esta opción durante un periodo de tres años. El plazo para acogerse a esta medida ha sido ampliado hasta el 31 de marzo de 2014.

En estos casos será obligatorio para los empresarios que anoten en los libros de registro las fechas de cobro y pago de las facturas, y los medios usados para evitar cualquier tipo fraude fiscal. Además, a partir de ahora las empresas que contraten a pymes y autónomos sujetos al IVA de caja no podrán aplicarse la deducción de este impuesto hasta que abonen la factura. Según algunos representantes de autónomos este puede ser un problema, ya que muchas pequeñas y medianas empresas han recibido presiones de que si entran en este sistema sus servicios no serán contratados por las grandes empresas.