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El 22 de febrero, Equal Pay Day, simboliza el número de días de más que tenemos que trabajar las mujeres para cobrar lo mismo que un hombre por un trabajo de igual valor debido a la brecha salarial de género. Este año, la fecha nos recuerda una cruda realidad: a pesar de los avances, la igualdad salarial sigue siendo una meta esquiva. La pregunta es: ¿qué impide que las mujeres alcancen la paridad salarial? Un factor clave es el "escalón roto", un obstáculo que trunca las carreras femeninas hacia el liderazgo.

El "escalón roto" describe el punto crítico donde las mujeres se estancan en su ascenso profesional. Aunque ingresan al mercado laboral en igual número que los hombres, su presencia en puestos de alta dirección disminuye drásticamente. Este fenómeno no se debe a falta de capacidad, sino a sesgos inconscientes y estereotipos arraigados.

Datos recientes revelan que, a nivel global, solo el 27% de los puestos directivos están ocupados por mujeres. Esta disparidad se traduce en una menor representación femenina en la toma de decisiones y, por ende, en políticas que favorezcan la igualdad.

Me gustaría resaltar que existe un entramado de desigualdades: las mujeres se concentran en sectores peor remunerados, como la educación o la salud; además, las tareas tradicionalmente asociadas a las mujeres reciben menor reconocimiento económico; la penalización por maternidad sigue siendo una realidad, con mujeres que ven frenadas sus carreras tras tener hijos.

En mi opinión, necesitamos acciones concretas para un cambio real y para romper el "escalón roto" y cerrar la brecha salarial, necesitamos: transparencia salarial obligatoria; políticas de conciliación efectivas; programas de mentoría y liderazgo femenino; educación en igualdad desde la infancia y un cambio cultural que desafíe los estereotipos.

Como conclusión, el Equal Pay Day no debe ser solo una fecha de denuncia, sino un llamado a la acción. Es hora de que empresas, gobiernos y sociedad trabajemos en coordinación para construir un futuro donde el talento femenino sea valorado en igualdad de condiciones. Solo así lograremos un mundo más justo y próspero para toda la ciudadanía.

Artículo redactado por Paz Martín - Presidenta de BPW Madrid