Si tuviésemos que reseñar todas las competencias que son necesarias para dirigir un equipo de trabajo seguramente se necesitarían muchos más espacios que este y además muy diversificados. No obstante vamos a intentar desgranar aquellos valores y necesidades que hacen que un líder de equipo trabaje de forma eficaz ante el reto de sacar adelante un trabajo supervisando a un grupo de personas.
Desde luego es siempre importante y decisivo el tipo de trabajo que realiza la empresa en cuestión, en la que está inmerso este grupo de trabajo, no obstante hay competencias que son básicas y necesarias para todo tipo de trabajo. Antes repasaremos algunas de las que son necesarias para dirigir un equipo una vez profundizado en el mismo, en la tipología del trabajo, después veremos las tres competencias ineludibles en un gestor de grupos.
Competencias para dirigir equipos
La gestión de recursos: es una de las necesidades que más atención merecen, utilizar con inteligencia y con eficacia los recursos para obtener resultados económicos.
Visión estratégica: saber en qué momento llegan las oportunidades, y así reconocerlas y saber cómo gestionar la llegada de las mismas.
Resolución de problemas: saber gestionar los problemas, solucionarlos de forma sencilla sabiendo sintetizar y minimizar.
Red de relaciones: un buen gestor de grupos debe tener una red de contactos efectiva, una lista de contactos relacionados con el sector.
Organización: es uno de los puntos más necesarios, se trata de ser eficaz a la hora de asignar puestos a los integrantes de un grupo. Esto asegurará el buen funcionamiento del equipo.
Empatía: tener feedback con los empleados, ser tolerante y comprensivo con los problemas que pueden surgir.
Delegación: tratar de que dentro del mismo grupo se produzca la autogestión, y que esto te permita poder dedicar tu tiempo a otras tareas necesarias.
Trabajo en equipo: fomentar el ambiente colaborativo, inculcar la idea de bien común a través de los objetivos.
Tener iniciativa y ser creativo: es una forma de que los propios trabajadores vean en el gestor una persona preocupada por su propio trabajo y por el de los demás a través de la gestión.
Disciplina: ser inflexible cuando es necesario serlo, en momentos en los que se necesita sosiego incluso.
Autocontrol: saber estar a la altura en momentos emocionalmente delicados, ser sereno ante problemas que afecten al propio equipo.
Gestión del riesgo: es decir, saber tomar decisiones arriesgadas en los momentos necesarios.
Autocrítica: realizar actos de autocrítica y autogestión para evaluar los propios comportamientos, así se pueden conocer puntos débiles y puntos fuertes.
Competencias para gestionar equipos
Saber comunicar: la comunicación es la base de las relaciones humanas, pero además de las palabras debemos tener en cuenta otros tipos de lenguajes. Por tanto saber manejar todo tipo de lenguajes es crucial para cumplir los objetivos de una empresa.
Saber motivar: quizá sea la más importante de las competencias porque engloba a otras tantas, como la comunicación, la gestión de los puestos, la gestión del tiempo, la empatía. Se trata de fomentar la ilusión por los objetivos, la creación de un ambiente de trabajo eficaz a través del bien común.
Saber delegar: es una competencia que en principio puede parecer sencilla de llevar acabo o de ejercitar, sin embargo supone un gran esfuerzo de organización, de motivación hacia quien delegas, de confianza en tu equipo, y sobre todo de autocontrol. Es una cuestión de economizar en tiempo y en esfuerzo.