El nuevo sistema de cotización para los autónomos, basado en sus ingresos, ya es una realidad sobre el papel. Al ser un cambio tan importante, es normal que existan dudas y que las primeras semanas o incluso meses de aplicación del nuevo régimen de cotizaciones al RETA pueda ser algo complejo.
Sobre el nuevo sistema de cotizaciones y sus características ya te hemos hablado con anterioridad, así que en esta ocasión vamos a analizar qué va a suceder con la tarifa plana y qué medidas proponen las comunidades autónomas.
Adiós tarifa plana, hola tarifa reducida
La tarifa plana se creó en 2013 como medio para estimular el autoempleo. En principio, no iba a estar en vigor más de uno o dos años, pero su éxito ha permitido que se haya aplicado durante casi diez años. Eso sí, las cuantías mensuales que tienen que pagar los nuevos autónomos han ido subiendo desde los 50 euros mensuales marcados inicialmente.
Con la llegada de la cotización basada en ingresos reales o con más exactitud en rendimientos netos, para todos los que están dados de alta en el RETA, la tarifa plana se ha visto afectada. A partir del 1 de enero de 2023 dejó de existir como tal y se transformó en la tarifa reducida.
No obstante, si te has dado de alta hace poco como autónomo y estás disfrutando de la tarifa plana, no te preocupes. En tu caso puedes agotar esta ayuda tal y como lo has venido haciendo hasta ahora.
Los que van a notar el cambio son los que se den de alta por primera vez en el RETA a partir del 1 de enero de 2023, puesto que a ellos se les va a aplicar la tarifa reducida, con la que se ahorrarán más dinero.
Tarifa plana vs. tarifa reducida
Con la tarifa plana, un nuevo autónomo paga 69 euros al mes (si ha elegido la base mínima de cotización), es decir, que se le bonifica un 80% de su cuota de cotización. Se trata de una ayuda progresiva puesto que, a partir del mes 13, la bonificación pasa a ser del 50%, y del mes 19 al 24 se queda en un 30%. Es decir, que poco a poco va pagando cada vez más.
Con la tarifa reducida, el nuevo autónomo comienza pagando un poco más de lo que tendría que pagar si se le hubiera aplicado la tarifa plana, 80 euros al mes. A cambio, disfruta de esta cuota fija durante los primeros dos por el primer año de actividad, y si sus ingresos son inferiores al SMI también el segundo año, por lo que, al final de ese período, en ese caso, un nuevo autónomo al que se le ha aplicado la tarifa reducida, ha pagado menos de lo que abonó en su momento un profesional por cuenta propia que disfrutó de la tarifa plana.
El sistema de cotización por ingresos reales se va a ir implementando progresivamente en los próximos años, lo que quiere decir que los autónomos van a ver variar sus cuotas de un año a otro aunque su nivel de ingresos siga igual. En el caso de los nuevos cotizantes al RETA, se ha optado por darles algo más de estabilidad, por eso, la tarifa reducida se va a aplicar entre 2023 y 2025. Llegado ese momento, es posible que se haga un cambio en la cuantía de la misma, determinándose su importe en la Ley de Presupuestos Generales del Estado.
La cuota cero de las comunidades autónomas
Bajo la vigencia del sistema de tarifa plana, muchas comunidades autónomas adoptaron medidas para ayudar a sus autónomos. Por ejemplo, algunas subvencionaban el 50% de la cuota de cotización durante el segundo año de actividad. Lo que se buscaba con ello era ponérselo un poco más fácil a aquellos que habían decidido iniciar una actividad por cuenta propia.
Con la llegada de la tarifa reducida, algunas autonomías han anunciado lo que ya se conoce como cuota cero. Por ejemplo, la Comunidad de Madrid y la Comunidad Valenciana sufragarán el 100% de la cuota de cotización de los autónomos durante su primer año de actividad. Es decir, que no tendrán que pagar esos 80 euros de los que hablábamos antes. También se prevén ayudas extra, como ampliar la subvención otros 12 meses más si los ingresos que obtiene el profesional por su actividad están por debajo del SMI.
En el caso de Andalucía, la idea es aplicar la cuota cero a los jóvenes menores de 30 años y hacerlo durante los dos primeros años de actividad, mientras que en Murcia los beneficiarios serían los parados de larga duración y los jóvenes inscritos en los programas de Garantía Juvenil.
El nuevo sistema de cotización para los autónomos está generando un alto grado de incertidumbre entre los afectados, pero las perspectivas son buenas y, al final, la mayoría acabará pagando una cuota muy similar a la actual, o incluso un poco más baja. Por lo que no hay que preocuparse es por los derechos que van asociados a la cotización, puesto que estos están bien protegidos, se han incorporado algunas mejoras y sobre todo siguen siendo notablemente mayores que los de los autónomos europeos.