Análisis DAFO: Debilidades, Amenazas, Fortalezas y Oportunidades

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El análisis DAFO es una de las herramientas más utilizadas para conocer la situación real de una empresa, las ventajas competitivas de la misma y determinar la estrategia a seguir.

El estudio, que contempla tanto la situación externa de la empresa (mercado, circunstancias sociales, políticas…, competidores, etc.) como la interna (características de la organización), ofrece como resultado 4 variables: debilidades, amenazas, fortalezas y oportunidades. A su vez, de la combinación de las mismas se pueden obtener:

  • Líneas de acción prometedoras: son posibles negocios y resultan de la combinación de fortalezas con oportunidades.

  • Advertencias: son limitaciones de la empresa y resultan de la combinación de debilidades y amenazas.

  • Riesgos: combinación de fortalezas y amenazas.

  • Desafíos: combinación de oportunidades y debilidades.

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Cómo realizar un análisis DAFO: 4 fases

1. Análisis externo o Modelo de las 5 fuerzas de Porter

Sirve para determinar los factores externos no controlables por la empresa pero que le pueden afectar, es decir: las amenazas y oportunidades. Hay que:

  • Reconocer los hechos o situaciones de carácter político, económico, legal, social, tecnológico… que pueden tener alguna relación con la empresa o afectarle de alguna manera. Por ejemplo:

    • La estabilidad política del país, el sistema de gobierno, las relaciones internacionales y las restricciones a la importación y exportación.

    • La coyuntura económica del país y su nivel de endeudamiento; los impuestos sobre productos, servicios y utilidades y su forma de pago; el nivel de los salarios, de los precios y de la inversión extranjera; y las dificultades para acceder al capital.

    • Las tendencias del mercado y los competidores.

    • La legislación laboral, medioambiental… y los cambios que se están produciendo.

    • Los patrones sociales; el estilo de vida; el índice de empleo y desempleo; cuestiones de salubridad e higiene; y el crecimiento y la distribución demográfica de la población.

    • Las nuevas tecnologías, su repercusión y el ritmo de avance de las mismas.

  • Determinar cuáles de esos factores pueden suponer oportunidades para la empresa y cuáles amenazas.

Las oportunidades son aquellos hechos o situaciones externas que posibilitan (facilitan, ayudan) obtener logros: desarrollo empresarial, crecimiento de mercado, resolución de problemas…

Las amenazas son aquellos hechos o situaciones externas que impiden a la empresa alcanzar sus objetivos, que dificultan la resolución de problemas o, incluso, que ponen en peligro su supervivencia.

2. Análisis interno

Sirve para determinar los factores internos controlables por la empresa: debilidades y fortalezas. Hay que:

  • Estudiar la organización, por ejemplo: el capital y el acceso al mismo; el personal; los activos; el producto y su calidad; los servicios ofrecidos (postventa y atención al cliente); la estructura y los procedimientos que se dan en ella: el mercado al que accede y sus clientes; la imagen de la empresa, la marca y la percepción que tienen de ellas los consumidores; la ventaja competitiva de los productos o servicios; los proveedores…

  • Determinar cuáles de esas características constituyen fortalezas (son positivas, dan valor a la empresa o ventaja competitiva) y cuáles constituyen debilidades (son negativas, barreras para lograr los objetivos, aspectos a mejorar, corregir o eliminar).

3. Elaborar la Matriz DAFO

Hay que introducir en los cuadros en blanco la información correspondiente obtenida del análisis.

 

MATRIZ DAFO Fortalezas Debilidades
Análisis Interno    
  Oportunidades Amenazas
Análisis Externo    

 

Y realizar combinaciones de las 4 variables para detectar:

  • Las líneas de acción: fortalezas + oportunidades

  • Las advertencias: debilidades + amenazas

  • Los riesgos: fortalezas + amenazas

  • Los desafíos: oportunidades + debilidades

4. Definir la estrategia

Estrategia defensiva: Se utiliza para afrontar los riesgos. La empresa tiene fortaleza pero debe estar prepara para las amenazas que se van a producir o se están produciendo. Por ejemplo: La competencia está ganando cuota de mercado con un producto nuevo. Es necesario resaltar las ventajas competitivas del producto propio y buscar nuevos clientes.

Estrategia de crecimiento: Es apropiada para las líneas de acción. Un ejemplo puede ser crear nuevos modelos de productos o servicios y ganar cuotas de mercado por sustitución de productos de la competencia. 

Estrategia de supervivencia: Se utiliza para las advertencias; cuando la empresa no dispone de la fuerza suficiente para luchar contra las amenazas. Es necesario realizar ajustes (plantilla, líneas de producción, procedimientos, bienes inmuebles…) para poder afrontar las amenazas que se avecinan y poner a la empresa en una situación de fortaleza o resistencia.

Estrategia de reorientación: Se utiliza cuando aparecen desafíos. La empresa está débil pero la oportunidad de negocio es clara y con cambios internos se puede acometer. Requiere ajustes de productos, de procesos, de tecnología… y esfuerzo de todos los integrantes de la organización empresarial.