La sostenibilidad tiene como objetivo conseguir un desarrollo adecuado de las sociedades, sin que esto suponga un agotamiento de los recursos naturales ni cause graves daños al medio ambiente. Conseguirlo se ha convertido en un objetivo que persigue la Unión Europea y, por ende, también los Estados miembros.
En España nuestra legislación impone a ciertas las empresas la obligatoriedad de gestionar los residuos, de forma que se pueda reciclar todo aquello que sea posible y que los desechos más contaminantes puedan ser tratados adecuadamente para reducir el riesgo de afectación al entorno natural.
Para entender cómo debe ser la gestión de residuos en la empresa primero debemos hacer una aproximación al concepto de residuos y a los diferentes tipos que existen.
¿Qué son los residuos?
Podemos utilizar el término residuo como sinónimo de basura. Son todos aquellos desechos que provienen de nuestras actividades diarias y de los que nos tenemos que desprender por carecer los mismos de valor o utilidad.
Cualquier actividad humana produce residuos, desde la agricultura hasta la producción de energía atómica.
¿Qué tipos de residuos existen?
La clasificación general es la de residuos sólidos urbanos. Los RSU son la basura que se produce cada día en casas, comercios, almacenes, fábricas, etc. En la mayoría de los casos están formados por restos de alimentos, plásticos y sus derivados.
Se consideran heterogéneos si se producen en los núcleos urbanos (celulosa, plástico, orgánicos, etc.) y homogéneos si derivan de actividades empresariales, industriales, mineras o agrícolas.
Los RSU se clasifican a su vez en:
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Residuos peligrosos: su tratamiento y manejo implica un riesgo para la salud y/o para el medio ambiente.
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Residuos no peligrosos: se pueden degradar e integrar fácilmente en el medio natural.
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Residuos inertes: se mantienen estables a lo largo del tiempo, sin experimentar cambios físicos ni químicos que sean significativos.
¿Por qué se hace la gestión de RSU en la empresa?
Una empresa puede generar una gran cantidad de residuos sólidos. Algunos no son peligrosos, como ocurre con el papel, mientras que otros sí son peligrosos, como los pesticidas o los disolventes. Todos ellos tienen potencial para contaminar y degradar el medio ambiente, y como se producen por toneladas, se hace imprescindible hacer una buena gestión de los mismos.
Pasos para la gestión de residuos
El programa de gestión de residuos sólidos de una empresa puede variar mucho en función de qué tipo de negocio se trate y de la normativa autonómica a la que deba someterse, pero en la mayoría de los casos podemos distinguir unos pasos comunes. Son los siguientes.
Prevención de generación de residuos
Uno de los objetivos de sostenibilidad es reducir la cantidad de RSL que generan las empresas. Para conseguirlo es necesario que las mismas adopten medidas tan diversas como reducir el uso de papel apostando por la digitalización de documentos o escoger proveedores que usen menos plástico en sus embalajes.
Minimización de residuos
En aquellos casos en los que no es posible reducir directamente el volumen de residuos, se pueden buscar alternativas como reutilizar o reciclar internamente aquellos materiales que ya no son necesarios en alguno de los procesos empresariales.
Gestión externa de residuos
Lo que para una empresa ya no es valioso puede sí serlo para otra. A través de este sistema lo que hace es vender los residuos generados por una empresa a otra que los utilizará en su proceso de producción.
Reciclaje de residuos
Todos aquellos desechos que la empresa no pueda usar para nada deben ser ser debidamente clasificados y reciclarse de la forma adecuada. En muchos casos lo que se hace es gestionar esto a través de empresas externas que se encargan de recoger ciertos residuos como papel, aceites, etc.
En el caso concreto de residuos peligrosos, la Administración puede exigir a la empresa que acredite que se ha deshecho de ellos de conformidad con la legalidad vigente. En caso de no hacerlo puede enfrentarse a una importante sanción.
¿Cómo abordar la gestión de residuos en la empresa?
Para poder determinar qué se va a hacer con los desechos es fundamental que la empresa conozca todos y cada uno de los residuos que genera y los clasifique. Para esto se puede conformar un equipo de trabajo especializado.
Este grupo elaborará propuestas sobre las medidas a adoptar para prevenir la generación de residuos y minimizar el volumen de los que se tienen que generar necesariamente. El plan también puede contemplar alternativas como hacer la gestión externa vendiendo los residuos a otras empresas y los criterios para deshacerse de esos residuos a los que no se les puede dar salida de ninguna forma.
Lo habitual es que el informe de estos expertos incluya un inventario general sobre los residuos que se producen, opciones sobre lo que se puede hacer con ellos y un análisis de la viabilidad de las propuestas.
Esto es trabajo para expertos, así que si la organización no tiene empleados con este perfil es mejor que deje esta labor en manos de especialistas externos.
Una vez puestas en marcha las medidas, es fundamental la colaboración de los empleados, ya que son ellos los que tienen un contacto más directo con los residuos. Para que estos puedan contribuir positivamente con la política de gestión de residuos de la empresa deben conocerla bien y entender las ventajas que se consiguen con ella.
En la mayoría de los casos los trabajadores entienden la trascendencia que tiene el cuidar del medio ambiente, pero como siempre hay alguien que se resiste a cumplir este tipo de normas, se pueden establecer medidas sancionadoras para aquellos que no cumplan con los criterios de tratamiento de residuos.
¿Qué ventajas tiene que la empresa haga un adecuado tratamiento de sus residuos?
En muchos casos la gestión de desechos no es una opción sino una obligación que viene impuesta por ley. En este caso cumplir con la normativa tiene la gran ventaja de evitar una sanción que puede llegar a ser de un importe bastante alto y que en los casos más graves incluso podría llevar aparejada el cierre temporal o incluso definitivo de la empresa.
Pero más allá del aspecto económico, está claro que una buena gestión de los residuos redunda en beneficio de todos, haciendo que en entorno sea más saludable y preservándolo para las generaciones futuras.
Además, la empresa puede obtener rendimiento económico si hace una buena gestión. Por un lado, vendiendo sus residuos a otras empresas que sí van a utilizarlos y, por otro lado, incluyendo la apuesta por la sostenibilidad dentro de los valores de su imagen corporativa, lo que contribuye a que sea más valorada por los consumidores.
Implantar un proceso de gestión de recursos en la empresa puede ser costoso, pero genera beneficios a múltiples niveles, por lo que es algo a tener en cuenta incluso para aquellos negocios que no tienen que implantar necesariamente un proceso de este tipo.