El Material POP y la técnica Below The Line constituyen dos herramientas muy útiles para el negocio de cualquier pyme o autónomo. Ambas tienen una relación directa con el punto de venta del negocio, la publicidad y la imagen de empresa y de la marca.
El Material POP
El material POP es el material de publicidad (carteles explicativos, fotografías, carteles promocionales, mesas de demostración, estantes de demostración…) colocado en el punto de venta y que es visible tanto para las personas que entran al local como para los que pasan por delante de las puertas o escaparate.
Es especialmente útil en medianos y pequeños comercios que no pueden permitirse grandes inversiones de publicidad en otros medios, o que no pueden tener mucho personal laboral trabajando en el comercio y ayudando al comprador en su decisión de compra.
No tienen más limitación (a excepción de la publicidad de tabaco) que la del buen gusto y la imaginación. Su coste puede ser muy económico (a veces gratuito porque son suministrados por las propias marcas de productos) o más elevado, pero siempre tiene que ser de calidad.
Las características principales del material POP son:
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Aumenta la imagen del producto. Cuando no se dispone de personal para explicar cada producto, el material POP puede dar información detallada, clara y completa del mismo. Es muy útil para promocionar nuevos productos.
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Incrementa la venta del producto. Está demostrado que una utilización y ubicación correcta del POP aumenta las ventas. Muchas de las compras que se realizan no son premeditadas sino fruto de la curiosidad o de la espontaneidad del cliente. La ayuda prestada al cliente también hace que este se decida antes y realice la compra.
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Reduce costes de publicidad. Las pymes y autónomos no pueden permitirse elaborar extensas campañas de publicidad que recojan todos sus productos. Es más eficaz destacar en dichas campañas los productos o servicios más notables y utilizar el material POP para incentivar la compra del resto de productos.
Below The Line (BTL)
Below The Line o BTL significa “debajo de la línea”. Es una técnica de marketing utilizada para segmentos de mercados específicos y que utiliza canales de comunicación no masivos. Normalmente sirve de apoyo a la actividad publicitaria convencional desarrollada en medios publicitarios como la televisión, prensa, radio… (canales masivos).
Son herramientas de BTL: promoción de ventas, eventos, marketing directo (venta directa), patrocinios, esponsorización… SMS, correo electrónico, blogs, webs… y todas aquellas formas de impulso o promoción de bienes o servicios caracterizadas por una gran creatividad y sentido de oportunidad, y dirigidas a un sector de consumo concreto.
BTL surge como alternativa a la saturación de mensajes publicitarios en los canales masivos y como opción económica para pymes y autónomos que no pueden hacer frente a grandes inversiones publicitarias y necesitan dirigir esta para obtener un rendimiento mayor y certero de la inversión.
Las características principales de BTL son:
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Se dirigen a un sector de consumo o incluso a individuos concretos. El producto busca al consumidor (ya no es el consumidor el que busca el producto como ocurría antes).
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Son actuaciones producen respuesta a corto plazo, lo que puede impulsar el negocio en un momento dado, pero tienen el inconveniente de que no suelen generar imagen de marca. Para generar imagen de marca hay que fidelizar el cliente dándole un buen servicio o producto una vez que se ha vencido su resistencia de compra.
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Puede utilizar todo tipo de canales y formas (mensajes, teléfono, inauguraciones, esponsorización…) la creatividad y el ingenio es importantísimo para diferenciarse e impactar sobre el cliente. Hay que tener en cuenta que está saturado de mensajes publicitarios.
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Son más económicas que las campañas de televisión, radio y prensa.
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Permiten interactuar con el consumidor.