Un autónomo es un profesional sometido a una gran cantidad de estrés. Por eso a nadie le extraña que pueda llegar a sufrir importantes episodios de ansiedad en los que el agobio se convierte en una presencia común en su vida.
Pero estar agobiado no es nada bueno a nivel personal ni profesional, porque te puede llevar a cometer ciertos errores que pueden poner en grave riesgo el futuro de tu actividad. Vamos a comprobarlo.
Achacar todo los males a la falta de tiempo
Sí, está claro que como autónomo nunca te sobra tiempo, pero cuando estás demasiado agobiado acabas echándole la culpa de todos tus males a que no tienes tiempo. Con esto justificas no formarte en materias que sabes que son importantes para ti, prestar servicios o entregar productos que no tienen la suficiente calidad… La falta de tiempo acaba convirtiéndose en la excusa perfecta para procrastinar. Algo que, a la vez, te resta todavía más tiempo.
En lugar de entrar en esta espiral destructiva, asegúrate de que organizas bien el poco tiempo del que dispones. Establece un orden de prioridades en tus tareas y céntrate en ellas. También es importante que aprendas a decir “no” a ciertos clientes.
Valorar tu tiempo y lo que haces con él es el primer paso para acabar con esa sensación de agobio que produce el hecho de tener muchas tareas pendientes.
Sentir que no puedes con todo
Cuando el agobio se convierte en el protagonista de tus días, es normal que tu autoestima se vea afectada. Al final acabas pensando que no puedes hacer frente a todo lo que tienes por delante, y te sientes débil.
Esto te lleva de nuevo a un círculo vicioso en el que corres el riesgo de quedar encerrado. Piensas que no vales lo suficiente como para destacar dentro de tu sector y te vuelves cada vez más crítico contigo mismo.
Una conducta de este tipo no solo te lleva a procrastinar, sino que puede dañar seriamente tu autoestima y causar daños a nivel personal.
En lugar de ver los problemas como un obstáculo insalvable, prueba a tomarlos como un reto. Céntrate en uno cada vez y piensa en cómo resolverlo. ¿Ya lo tienes? Entonces pasa a la acción, y una vez que acabes con él continúa con el siguiente. Comprobarás que poco a poco va desapareciendo esa sensación de debilidad y de que no puedes con todo. De hecho, mejorarán mucho tanto tu autoestima como tu motivación.
Volverte inflexible
La capacidad de adaptarse rápidamente al entorno y a las circunstancias es especialmente importante para quienes deciden abordar la aventura de trabajar por cuenta propia. Un autónomo debe ser siempre flexible y estar abierto a cambiar su forma de hacer las cosas cuando sea necesario.
Sin embargo, cuando el agobio está muy presente, tendemos a hacer justo lo contrario. El estrés nos convierte en personas mucho más inflexibles. Provoca que hagamos lo mismo una y otra vez, aún a sabiendas de que eso que estamos haciendo no es efectivo en este caso. Por otro lado, esa falta de flexibilidad también puede afectar a la relación con los demás.
Ante una situación estresante y complicada, lo que debemos hacer es justo lo contrario a esto. Es en ese momento cuando debemos activar al 100% el mecanismo de adaptación al entorno y sacarle todo el partido posible a nuestras fortalezas.
No centrarte
Cuando una persona está agobiada es como si su cerebro no pudiera parar de pensar pero, a la vez, tampoco pudiera centrarse en nada. Y esto es especialmente nocivo cuando hay que trabajar.
Si no puedes centrar tu mente en una cosa, tampoco serás capaz de ver qué es ahora mismo lo más importante, lo que deberías hacer sí o sí. Lo que provoca que al final dediques un poco de atención a varias cosas, pero no consigas avanzar en ninguna tarea.
Es precisamente cuando estás más agobiado cuando debes destinar más fuerzas a centrarte en lo verdaderamente importante. Descubre qué tareas son prioritarias para ti y céntrate en una de ellas en cada momento. Cuando esté lista, puedes pasar a la siguiente. Esta es la mejor forma de seguir avanzando y cumpliendo a tiempo con tus compromisos.
